La tomé entre mis brazos dandole todo el calor y afecto que podía necesitar, tratando de infectarle con esa confianza y tranquilidad que necesitaba; al final cerró los ojos, relajada, contenta, se quedó dormida en la cuna de mi abrazo; ésta vez no habia ni un atisbo de tensión en su rostro, el cual era enteramente sereno, con una expresión pacifica, sus brazos no mostraban intención de apartarme de ella ni el resto de su cuerpo deseo alguno de huir, estaba completamente tranquila y entregada a mi cuidado; confiaba en mi.
De repente noté, ahora que no se veia a la defensiva mientras dormia, tenía un aspecto sumamente vulnerable, frágil, suave, deseable... No podía resistirme a solamente abrazarla, toque sus mejillas con mis dedos, y su cuello, tan desnudo y suave, me invitaba a darle unos cuantos mordiscos, comence besandole de a poco, lamiendo de vez en cuando; su aroma era unico y adictivo, y ni hablar del sabor de su piel. Besé sus mejillas y labios, dulces, suaves, rosas, parecia que iba a despertar, pero comence de nuevo a sentirme tranquilo y de nuevo a contagiarle de relajación. Me di cuenta, al verla allí indefensa con los parpados cerrados, que ella no era sólo una chica a la cual amaba, no, ella es La chica a la que amo, a la cual cuidaré con todo lo que pueda y la mantendre a salvo aunque tenga que perderme a mi mismo en el proceso... ella es la indicada."