lunes, 2 de febrero de 2015

Él levantó su rostro, le limpió todo el rimel y delineado que había corrido por sus mejillas, ella no dejaba de llorar, su respiración seguía agitada, no tenía la valentía necesaria para mirar los ojos de aquel que ahora pretendía sostenerla, de aquel que creía poder cuidarla de sí misma. No tenía idea, de que cada vez que se despedia de ella, podrían estar viendose por ultima vez.