viernes, 24 de enero de 2014

Tomó el boligrafo y comenzó a escribir; escribió sobre todo lo que tenía tiempo sin contarle a esas hojas ya amarillas y faltas de uso, contó sus penas las cuales mojó con sus lagrimas mientras la tinta avanzaba en el papel, contó sus enojos mientras las hojas sufrian la agonia de ser aplastadas con tal furia por la punta del instrumento, contó sus nuevos logros, sus aparentes obstaculos, sus objetivos. Finalmente, acariciando suavemente las hojas de su libreta destinada solamente para sus escritos personales, describió todas y cada una de sus nuevas alegrias, sus nuevas risas, citó cada uno de los momentos en que sintió de nuevo dentro de ella esa dulce sensación de lleno y gozo que creía ya no conocer..."
Se sentó ahí y habló con la esperanza hasta que ésta comenzó a escuchar..."
Si le preguntas de dónde viene, te dirá que de la más profunda pena
Si le preguntas donde aprendió, te dirá que en el más grande dolor



Si le preguntas qué es lo que posee, te responderá: esperanza

lunes, 20 de enero de 2014


Si deseara enamorarme de alguien, ese serías tu.
Me gustaría enamorarme de ti que estás tan lejos y nuestro amor sería imposible.
De ti, que al no poder corresponderme no podrías dañarme.
De ti que podría decirte que te amo a cada instante, pero como no podemos dar "el siguiente paso" no dañamos nuestra amistad.
De ti que eres tan constante y leal.
De ti que nunca me fallas.
De ti que te preocupas por mi.
De ti en quien confio plenamente y sé que también confias en mi.
De ti que jamás romperías mi corazón.
De ti que también me amas.

Si deseara enamorarme de alguien desearía no enamorarme de nadie, por que en el instante en que la palabra "amor" pasa por mi mente, el sentimiento de dolor da punzadas de recuerdo en mi corazón.
Recuerdo que alguna vez dije que ese corazón latía para alguien, que ese corazón latía por alguien.
Recuerdo que nos hicimos promesas mutuamente, de tonterias eternas que jamás se cumplen.
Recuerdo que le decía "te amo" a alguien, por que de verdad lo sentía, pero después tuve que acomtumbrarme a ni siquiera quererlo.
Recuerdo que quería seguir queriendolo.

Recuerdo mi antigua fragilidad, esa de la que no he logrado liberarme y que no me deja hacer las cosas incluso ahora, esa que me hace recordar y sentir miedo, esa que me hace encasillar a todos donde sólo cabe uno, la clase de fragilidad que me haría romperme en pedazos en cualquier momento, y es por ello que trato de evitarla lo más posible.
Esa fragilidad que sigue aquí.