A ti, mala madre, que con tu furia y descontento enfrentas los malos momentos de tu hija, las confusiones y tropiezos, las dudas y delices.
A ti que respondes revocandole tu aprecio y apoyo.
A ti que borras de tu vocabulario el "te quiero" si es que a tu pequeña flor se refiere.
A ti que prefieres encerrarla en un mundo de dolor forzado, torturante como miles de puas arañando tu espalda, sangrando sin fin, sin nadie que te ayude, en lugar de brindarle apoyo, cariño, respuestas, recomendaciones.
A ti que le das la espalda y piensas en alejarla de lo que ama, sólo para que siga tus pasos, tus ideales, tus deseos, sin importar que tan grandes sean los suyos.
A ti que te encierras en tu mundo y la dejas fuera.
A ti, que nadie te comprende, nisiquiera tu misma sabes porque causas tanto daño, tu que te precipitas y excedes, que hablas y no escuchas, que actuas sin pensar, que dañas, que hieres, que juzgas.
A ti, que nisiquiera yo, con toda esta impotencia llenandome el alma puedo decirte algo, no puedo decirte que odio lo que le haces a esa luz de vida, esa que intentas día a día apagar con tus esfuerzos exagerados.
A ti, que posiblemente no leas esto, ni te enteres de que fue escrito pensando en ti, y si lo sabes, puede que ni te importe. A ti te digo, eres la madre más mala que jamás he conocido."
[Incompleto]
