miércoles, 6 de mayo de 2015

Entonces ella volvió a emerger, tan harta y cansada como la ultima vez, pero ahora, con unas ganas aún más vivas de mantener lejos todo lo que le disgustaba aunque fuera en lo más mínimo. No cabía en la rabia que llevaba consigo, la idea de castigarse, no, ella no merecía castigo alguno, quienes lo merecían eran todos los demás que se habían encargado de destrozar aunque fuera un poco la serenidad y felicidad que había logrado, estaba aquí para salvar nuevamente a la dueña de su cuerpo, sin importar los métodos necesarios...

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