Me dejaste, ninguna de las dos sabia que no estábamos solas, no somos una, ni dos. En tu ausencia me di cuenta de que compartía este saco de piel y huesos con otra, que al contrario de ti, busca que yo pague por lo que otros hacen, ella no usa mi fuerza para castigar a quienes me han herido antes, sino que vuelca esos daños hacía mi, con ella yo pago, y yo sufro, nadie más.
Te extrañé, nadie como tu para impartir justicia, aunque sea tan severa y al borde del exceso, nadie como tu para mantenerme a salvo, para hacerme sentir segura, para producirme esa sensación de gozo al volver a la realidad y darme cuenta de que todo ha terminado, que han recibido lo que merecían y jamás volverán a dañarme...
No hay comentarios:
Publicar un comentario